miércoles, 28 de enero de 2009

Humo en los ojos.

La tradición de los heterónimos en la historia de la literatura y de la poesía en particular es larga. Sin embargo el caso de Manuel Moya, es al menos en la reciente poesía española, significativo. Su heterónimo cambió de sexo, y se transformó en Violeta C. Rangel. Bajo este nombre aparecieron títulos como La posesión del humo, que incluía por cierto una sugerente foto de mujer. No suelo señalar más de un poema por autor, pero en este 2009, al parecer esa norma está cambiando. Os dejo algunos poemas del libro citado.



DÍA DEL LIBRO

¡Maldita sea, acaba ya! ¡Muévete, vamos!
Enciendo un cigarrillo,
me acerco a la ventana.
¿Oye tía, no tendrás
una papela, algo de goma?
En la calle la cosa está animada:
el mismo frío, el mismo personal
buscándose los cuartos,
unos maderos tronchados con un paisa
al que obligan, pipa en ristre,
a tirarse a la farola.

La pava de la tele
tranquiliza. Libros, rosas,
la importancia de Cervantes
(este año se lo han dado a una cubana),
el rey sonriendo, como siempre
a la parroquia...

Un charnego se acerca a preguntar
por el pescado
y la Palmira, con el cuento,
se lo sube a la pensión. Escucho aplausos.

Noches como esta te abren el estómago.



L
a Guanchi es la que vino de Canarias.
Jodida y bien jodida, se quiere abrir las venas
con un simple abrelatas. Hace meses que se mete
optalidones y basura que encuentra en los derribos.
Como loca se harta de insultar a los maderos
-está en busca y captura- y al padre de una hija
que no ve desde hace cuánto.

Por los clavos de Cristo, le grito,
compórtate y olvida.

VIOLETA C. RANGEL (1997).



domingo, 25 de enero de 2009

Sangre, resina.


José María Micó es un poeta moderadamente joven, nació en 1961, no demasiado conocido a pesar de publicar en editoriales tan mastodónticas como Tusquets, en su colección "Nuevos textos sagrados". Sólo he leido un libro suyo La sangre de los fósiles, del cual recojo un par de poemas.


V

Veo primero lo que está,
lo que cualquiera
juraría que está,
y en el necio inventario de estas cosas
comparece otra luz,
la luz casi ofensiva de nuestra habitación.
La de cuando queríamos
toda la claridad
para entender el turbio olor del sexo,
para encontrar por dentro de los huesos
la víscera que ahora
ya no dice mi nombre.



X

Tras las paredes
de estas aletargadas construcciones
sé lo que hay:
un viejo que agoniza,
un colchón orinado,
un cincuentón a solas
remeda las hazañas
de una revista obscena,
un fogón con comida en que se enfría
una mujer.
Todo eso dicen que es la vida,
vida lograda a cambio
de unas pocas monedas,
comprada simplemente con olvido.


JOSÉ MARÍA MICÓ (2005).

sábado, 24 de enero de 2009

Fuma, sube la persiana.


La poesía de la cordobesa afincada en Barcelona Concha García, es una poesía de lo cotidiano, del pequeño gesto, de los cigarros encendidos y la soledad que se esconde en cualquier vaso de cerveza medio vacío. Una poesía que enfrenta al ser a la calle, a las casa con balcones donde se amó, y ahora en el frío, sola enciende un cigarrillo.
He leído hoy de un tirón su poemario Pormenor, en su segunda edición corregida de 2005. Me resulta difícil elegir un poema representativo del libro, pero el que transcribo es uno de los que más me ha gustado.


VOLUNTAD


Ha pasado la saliva, toda mi saliva.
La que tengo cuando se me seca la boca
la que tiene horquillas en el paladar, la saliva
mezclada en un vaso lento, ha pasado
garabateando mi garganta, mi garganta
está asqueada de siempre saliva, chorritos
de saliva, que tragué y trago.
Trago duramente porque para que se licúe
necesito beber otra cosa. Beber.

CONCHA GARCÍA (2005).

domingo, 11 de enero de 2009

Humores.


Hay libros que son como putas bombas de relojería, que te estallan en plena cara al cogerlos y te dejan sin ojos y manos. Uno de ellos es Morgue, del extraordinario poeta alemán Gottfried Benn, libro enmarcado dentro de lo más duro del expresionismo, y sino juzguen.

SALA DE PARTURIENTAS


Las mujeres más pobres de Berlín
-trece niñas en habitación y media,
putas, presas, parias-
aquí retuercen sus cuerpos y gimen.
En ningún sitio se grita tanto.
En ningún sitio dolores y pesares
se ignoran tan completamente como aquí,
porque aquí justamente siempre se está gritando.

"¡Empuje usted, mujer! ¿Entiende, sí?
No ha venido aquí a divertirse.
No alargue usted el asunto.
¡Al apretar también salen los excrementos!
No está usted aquí para descansar.
No viene solo. ¡También usted tiene que hacer algo!"
Al fin llega: azulado y pequeño.
Orina y heces lo ungen.

Desde once camas con lágrimas y sangre
un único gemido lo saluda.
Sólo de un par de ojos brota un coro
de gritos de júbilo hacia el cielo.

Por este pequeño trozo de carne
pasará todo: desgracias y felicidad.
Y el día en que muera entre estertores y congojas
seguirá habiendo otros doce en esta sala.

GOTTFRIED BENN

jueves, 8 de enero de 2009

Heridas aún abiertas.


Comienza el nuevo año. Sí, sé que está pendiente tu post Rubén-, además de reseñar algunas cosas que han sido muy importantes en el 2008, como la traducción y publicación de Vive o muere de Anne Sexton, las, por fin, obras completas de Sylvia Plath, el nuevo recopilatorio The sound of The Smiths, los discos de Bat for lashes y Xiu Xiu.
Pero empezamos con pintura, concretamente Self painting, Self mutilation (1965), del artista vienés Gunter Bruss, que perteneció al breve movimiento artístico del accionismo vienés.
Esta acción contiene el hálito, la fuerza, tal vez el viento de muerte que quiero encierre, Sales de litio, la segunda parte del poemario Pisadas en la nieve sucia, en el que he trabajado durante el 2008 y seguiré trabajando durante el 2009.
Sales de litio contendrá suicidio, muerte, desesperación, sangre, orina, semen, heces y enfermedad mental. Sales de litio es cuanto te hace volver la cara hacia otro lado. Y Gunter sabe de eso.