sábado, 22 de octubre de 2011

Restos de plumas ensangrentadas.

Cecilia Quílez

No soy un exégeta, tan sólo un recopilador de cuanto se adueña de mi mirada.Uno de los mejores libros de poesía que leí en 2010 fue Vísteme de largo, de Cecilia Quílez. Os dejo con uno de sus poemas.


Mientras llega diciembre
caerán copos de sal en la cronometría del cuco.
Fluirá el polen en la bestia del ocaso
y un soplo de cera detendrá nuestras venas.

Mientras llega diciembre
entra el otoño en copas de cebada,
cubrirá la escarcha corales marinos
y dormirán ángeles en pensiones infectas.

Mientras llega diciembre
escribiremos mensajes en los baños públicos
y reseñas de autor en mi pecho y tu espalda.
Cortará el cirujano el tallo del papiro
y despertarán vírgenes con odas entre las piernas.

Tus alas se esparcen en el mar de los tristes
y el tiempo está quieto mientras llega diciembre.
Que pase de largo con vitola de gala
y el sollozo insomne de los astros.

Será bienvenida la inmortal primavera
tras el temor a la cuchilla del invierno.

CECILIA QUÍLEZ (2010)




jueves, 20 de octubre de 2011

Sutura en el ojo.

Ingeborg Bachmann




No voy a hacer ningún tipo de comentarios. El que reproduzco es el primer poema de Ingeborg Bachmann que leí cuando compré su poemario póstumo, No sé de ningún otro mundo mejor.


NIÑOS DE JULIO

En virtud de nuestra virtud, no nacidos,
mis niños en julio, los monstruos
que patalean con la pierna mutilada, no se sabe,
el muñón no sabe,
la cabeza perdida.
En virtud de nuestra virtud,
perdida la cabeza,
mis queridos niños
no les hubiera enseñado nada
pero sí alimentando enamorado
de otros, del aire viento
miles de cosas en julio
siempre habría sido julio
su monstruo, alimentado
con mi ternura,
esta vale para vosotros, fantasmas,
transformadores, vosotros
me lo hubierais transformado, el mundo,
y me lo transformáis ahora a mí
hacia la muerte, hacia la ternura
hasta la muerte para otra cosa
aire viento el trozo de papel
que rompo antes de que alguien
pudiese leer lo que ha pasado
cómo os arrancaron de mí
cómo me rompieron, me rompieron a mí,
el trozo de papel, porque aún
nadie sabe leer.

domingo, 16 de octubre de 2011

Manos y mirlos.

Roger Wolfe
No soy quién para juzgar ni a poetas ni a poemas, sólo soy un simple observador que va recogiendo lo que le parece interesante entre lo que los demás arrojan; como este poema de Roger Wolfe, Facturas.



FACTURAS

Una angustia sorda,
inexplicable,
desprovista por completo
de aparente causa,
que te conduce al borde
de tu abismo
y por momentos te horroriza.
Porque basta un paso;
y algún día 
-de eso a veces
crees estar casi seguro-
vas a darlo.
Son facturas 
del pasado.
No se terminan nunca
de pagar.

ROGER WOLFE (2009)