jueves, 27 de septiembre de 2007

Gafas y dentaduras postizas.


A veces los símbolos pueden más que la verdad que intentan transmitir, ocurre con bastante frecuencia en el arte; literatura, pintura, cine... Recuerdo en los reportajes sobre los campos de concentración nazis como llegaba a impresionarme más los montones apilados de gafas, enmarañadas entre sí, que conformaban una gran montaña de alambre, y los cientos de dentaduras postizas enredadas en un espanto caos de muerte que las imágenes de los cadáveres en sí.

Aquellos símbolos de las historias, las vidas que había detrás de cada gafa o dentadura arrojada, lograba hendirme más el alma que las visiones de los montones de cádaveres fláccidos en las fosas comunes.

En la fotografía podemos contemplar a parte del personal del campo de concentración Auschwitz-Birkenau, donde cientos de miles de personas fueron asesinadas. Se les ve sonríentes, joviales, con una alegría propia de la juventud, parecen hombres y mujeres que como mucho rocen la treintena, uan alegría que sin embargo poseen a pesar de contemplar -y ejecutar- la muerte cada día.

Incluso tienen instrumentos musicales, un acordeón, ¿qué clase de canción entonaría aquel que ve morir diariamente a miles?, ¿danzan aún en nuestros días las voces de la muerte.

1 comentario:

safrika señorita dijo...

Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos...