La poesía de la cordobesa afincada en Barcelona Concha García, es una poesía de lo cotidiano, del pequeño gesto, de los cigarros encendidos y la soledad que se esconde en cualquier vaso de cerveza medio vacío. Una poesía que enfrenta al ser a la calle, a las casa con balcones donde se amó, y ahora en el frío, sola enciende un cigarrillo.
He leído hoy de un tirón su poemario Pormenor, en su segunda edición corregida de 2005. Me resulta difícil elegir un poema representativo del libro, pero el que transcribo es uno de los que más me ha gustado.
VOLUNTAD
Ha pasado la saliva, toda mi saliva.
La que tengo cuando se me seca la boca
la que tiene horquillas en el paladar, la saliva
mezclada en un vaso lento, ha pasado
garabateando mi garganta, mi garganta
está asqueada de siempre saliva, chorritos
de saliva, que tragué y trago.
Trago duramente porque para que se licúe
necesito beber otra cosa. Beber.
CONCHA GARCÍA (2005).
He leído hoy de un tirón su poemario Pormenor, en su segunda edición corregida de 2005. Me resulta difícil elegir un poema representativo del libro, pero el que transcribo es uno de los que más me ha gustado.
VOLUNTAD
Ha pasado la saliva, toda mi saliva.
La que tengo cuando se me seca la boca
la que tiene horquillas en el paladar, la saliva
mezclada en un vaso lento, ha pasado
garabateando mi garganta, mi garganta
está asqueada de siempre saliva, chorritos
de saliva, que tragué y trago.
Trago duramente porque para que se licúe
necesito beber otra cosa. Beber.
CONCHA GARCÍA (2005).
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