viernes, 30 de noviembre de 2007

Indietex versus Indie.


Es curioso como cambian los tiempos. Si en mis años mozos, allá cuando tenía 20 años ir vestido de negro y llevar el pelo cardado y ser fan de Joy Division, Nick Cave o The Cure, provocaba que la gente te llegase a insultar por la calle con epítetos como "maricón" o "drogadicto" y las ancianas te mirasen con recelo en el autobús, -a mí tal vez un poco menos pues solía llevar aquel tocho de manual de economía que era el "samuelson", y respiraban tranquilas, ah..., es un
estudiante...-, ahora resulta que en la cadena de tiendas "Pull and Bear" que forman parte del grupo Inditex de origen español, para más señas gallego, y supuestamente creado con dinero procedente del narcotráfico, se ponen éxitos de Joy Division como música ambiente y se vende todo tipo de ropa para ser indie, moderno y cool.

Al famoso Do it yourself del punk y del movimiento alternativo le ha seguido el made in vietnam de "Pull and Bear", auténtica factoría de crear indies, disponen desde camisetas, cazadoras, pantalones, zapatillas de deporte y complementos, que sumados a los viejos hits rescatados de Joy Division, un disco de Björk y uno de Franz Ferdinand o Artic Monkeys, hacen de ti un auténtico espíritu libre y moderno.

Al parecer el grupo Inditex, ha reinventado su estrategia empresarial, dado que viste a millones de personas en el planeta, ha dejado "Zara" para ropa más formal, para ocasiones de más postín, incrementando la cantidad de trajes que venden y minimizando la ropa sport, que en su vertiente indie ha ido a parar a "Pull and Bear" y a su equivalente femenino "Bershka", aunque el citado "Pull.." tiene también una sección para féminas.

Al hilo con el último post, sobre la revolución comenzada por Radiohead, me pregunto, ¿qué queda de aquellos comienzos de la música independiente, con pequeñas tiendas en Manchester donde se prensaban los vinilos, se confeccionaban las carpetas y se ponían a la venta los discos en la misma tienda? La respuesta es nada, tal vez sólo el hecho de que grupos como Radiohead o My bloody valentine decidan saltarse a las discográficas y distribuir su música por internet, mientras, desgraciadamente, sus fans van correctamente uniformados y standarizados en sus vestiduras a sus conciertos.

Nada queda ya fuera del control del mercado, ni siquiera el supuesto paraíso de la libertad de internet, cada vez que escribimos un post en un desarrollador blogspot.com estamos enriqueciendo a esos dos indeseables de Google.

La pregunta es como aquel título del libro de Lenin, ¿Qué hacer?