
DÍA DEL LIBRO
¡Maldita sea, acaba ya! ¡Muévete, vamos!
Enciendo un cigarrillo,
me acerco a la ventana.
¿Oye tía, no tendrás
una papela, algo de goma?
En la calle la cosa está animada:
el mismo frío, el mismo personal
buscándose los cuartos,
unos maderos tronchados con un paisa
al que obligan, pipa en ristre,
a tirarse a la farola.
La pava de la tele
tranquiliza. Libros, rosas,
la importancia de Cervantes
(este año se lo han dado a una cubana),
el rey sonriendo, como siempre
a la parroquia...
Un charnego se acerca a preguntar
por el pescado
y la Palmira, con el cuento,
se lo sube a la pensión. Escucho aplausos.
Noches como esta te abren el estómago.
La Guanchi es la que vino de Canarias.
Jodida y bien jodida, se quiere abrir las venas
con un simple abrelatas. Hace meses que se mete
optalidones y basura que encuentra en los derribos.
Como loca se harta de insultar a los maderos
-está en busca y captura- y al padre de una hija
que no ve desde hace cuánto.
Por los clavos de Cristo, le grito,
compórtate y olvida.
VIOLETA C. RANGEL (1997).