viernes, 11 de junio de 2010

Un gusano flota en la botella.



                                       Maxico, Javier Plata.


Maxico. Pasear por los puestos callejeros de Ciudad Juárez el día 1 de Noviembre, observando todas esas calaveras de azúcar que los lugareños comerán al atardecer, sentados en las lápidas de sus muertos, mientras conversan alegremente sobre el nuevo recién nacido o el negocio que va  bien.

Es historia de viejos cónsules ingleses, de alcohól. Sucios trajes de lino manchados de sudor, beben otro tequila más -creen ingenuos que será el último-, mientras algunas putas casi niñas, con  raídos vestidos y  pelo enredado, soban la entrepierna, y roban sus últimos dólares.

Rostro de la muerte que Kerouac vislumbraba en las oscuras carreteras, con una botella de whisky casi vacía entre las piernas, y demasiado mezcal que Dean Moriarty guarda para el amanecer.

Es haz y envés, pero siempre acaba mostrando el mismo rostro: la muerte quieta que lame nuestra espalda tan fría.


2 comentarios:

nadadeplata dijo...

... la muerte quieta que lame nuestra espalda tan fría

Que bien Ismael, genial, magnifico me impresiona como le sacas partido a una imagen con un pequeño relato, la dignificas.

Quería decirte que la modelo la caracterizo Gema Larios mi compañera y la modelo se llama Pilar Mairena, ellas tienen todo el merito en esta obra.

gracias

Ismael Cabezas dijo...

En cuanto vi el rostro, me vino a la mente, los ritos funerarios mexicanos, especialmente los del día de "todos los santos". Tienen una relación muy particular con la muerte ese pueblo.