martes, 29 de abril de 2008

Descubrirme en el otro, saber que le hago daño.


Mi poema favorito del poeta sevillano, nacido en 1947, Fernando Ortiz, extraído de su breve libro Posdata, publicado por la Editorial Pretextos en 1999.


HERIDAS

El tic-tac del reloj que tenían mis padres al lado
de la cama, sus sonoros compases, hasta el día en que
dejé de oírlos.
El dulce y susurrante secreteo de las chicas cuando
caía la tarde.
El temor, la delicia, el rubor cuando veía de lejos
a aquella jovencita delgaducha, ojos vivos, cuyo nombre
he olvidado.
Novelas y libros de aventuras, olor a ron y a pólvora
y a zapatos mojados. Fuera llueve.
Bajo el calor de agosto, a la hora de la siesta, la terrible
borrachera de vermut en aquel bar de pueblo,
la nauseabunda dulzura del vómito. Alcohol y miedo
desde entonces.
El jardín recién regado, el olor del jazmín y la dama
de noche. El roce tibio del agua de la alberca.
El sexo solitario, y después mercenario, las tristes
confesiones, las horas obligadas en la oscura iglesia del
colegio, donde se enseñaba de modo irrefutable que
desde luego allí, entre la opacidad de aquellos muros,
no podía estar la vida.
Las que no cuento, las verdaderamente graves, pues
se las hice a quienes más quería.

1 comentario:

safrika señorita dijo...

No conocía a éste poeta. Me gusta. Gracias amore!