miércoles, 14 de abril de 2010

El tiempo manda, siempre.


Desconocía la obra de Fermín Herrero, su hallazgo fue a través del blog del escritor y crítico literario Manuel Rico. De la letra menuda, es junto a las últimas entregas de Karmelo  C. Iribarren o Roger Wolfe, uno de los poemarios que más me han impresionado en los últimos meses, aunque Herrero transita por senderos muy diferentes; la memoria del mundo rural, un mundo que ya no existe, salvo en los recuerdos y en los espejismos del tiempo.


Con trapos viejos y un caldero tan abollado
como su edad camina muy despacio hacia
la casa abandonada donde guarda
los tiestos en el tiempo malo, al calorcejo
de aquella habitación tan calentita
donde tres veces diera a luz y una
amortajara a su difunto. Va a regar
los geranios. El año pasado heló 
tanto que ni al abrigo aguantaron, a ver
los nuevos. El caldero abollado, la tos seca.

FERMÍN HERRERO (2009).

1 comentario:

Justo barreiro dijo...

Es verdad que es bueno, gracias